Siempre me sentí como extraterrestre, ajeno a este mundo y fuera de lugar. Me resultaba difícil socializar así que nunca tuve lo que se llama amigos. Era tímido y callado, pero mis padres me consideraban ausente, creían que no prestaba atención a aquello que me rodeaba, no podían estar más equivocados. Contrario a lo que los adultos de mi vida pensaban, me maravillaba con todo aquello que percibían mis sentidos, el cantar de las aves, los colores que se pintaban en el cielo durante el día, el sabor del pan recién horneado, la sensación del pasto en mis pies descalzos, todo era especial y maravilloso, pero las estrellas, ¡ay las estrellas! ellas además eran mágicas.
Durante las distintas etapas de mi vida, mis intereses siempre fueron diferentes a los otros chicos de mi edad, mientras que ellos se desvivían por tener el último muñeco de acción, yo soñaba con poder tener un cohete para irme al espacio, pero me conformaba con un telescopio. Lo más que conseguí fueron unos binoculares, supe entonces que los que no escuchaban eran mis padres.
Más tarde, cuando ellos apasionadamente practicaban o miraban algún deporte, yo me escondía para leer desde los nuevos descubrimientos de la NASA hasta cómics de alienígenas. Alien, así me llamaron mis compañeros cuando se enteraron de mi amor por el espacio exterior.
Tuve distintos apodos por el simple hecho de ser diferente y no compartir sus aficiones: “alíen”, “freak”, pero el mas común siempre fue “raro”. No me importaba, ni siquiera me ofendía.
Cuando las burlas se hicieron más frecuentes, aprendí a desconectar mis oídos y a ignorarlos.
Tal vez porque en el fondo creía que en verdad podía ser un extraterrestre que siendo bebé fue extraviado por sus padres en una misión de exploración y acabó por camuflajearse con sus humanos adoptivos.
Cuando la madurez me alcanzó, en un momento de introspección, llegué a la misma conclusión que mis compañeros, si era raro, pero eso no era malo. Estaba destinado a ser diferente con todo y mi rareza. Tal vez no hoy, tal vez no aquí. Así que si alguna vez te sientes como yo, fuera de lugar, no te preocupes, tal vez tú destino, como el mío es ser como las estrellas, brillantes e incomprendidos cuerpos celestiales fuera de este mundo
– Sue FC –
