Es oficial, me he perdido. Me he perdido en un lugar que creía conocer, entre recuerdos y memorias, anécdotas e historias. Hace tiempo ya que dejé de intentar ubicarme en el espacio y tiempo de mi vida. El ayer, hoy y mañana carecen de sentido, desconozco qué día es y de la hora prefiero no hablar. Sólo sé que si está oscuro estoy cansado y me dan ganas de dormir.
Mi estado de ánimo varia constantemente, a veces me enojo sin razón y otras veces lloró desconsolado por algo que creo haber recordado, pero me resulta imposible decir e inclusive saber que fue. Por fortuna mi sentido del humor no me abandona mas que por ratitos, trato de ser positivo, ver algo de color más allá de las pastillas que nunca faltan después de la comida.
De vez en cuando viene una mujer, escoltada por otra uniformada de blanco que veo a diario; a veces viene sola, otras acompañada por un hombre alto y dos muy bajos, tal vez son enanos. Dice que somos familia, pero sus rostros no tienen nada de familiares, posiblemente lo fuimos en el pasado, uno que ya he olvidado. La mujer que dice ser mi hija, por lo regular trae regalos, bien podría solo enviarme los chocolates y ahorrarse la molestia de hacerme perder el tiempo conversando de asuntos que no entiendo, enseñándome fotos que me entristecen.
Me pregunta sobre los crucigramas, si ya he logrado terminar alguno o si quiero que lo hagamos juntos, dice que me gustaban y solía invertir mis tardes en ellos, creo que en realidad quiere asesinarme, puedo verlo en sus ojos, seguramente espera que me corte con el papel y me desangre, pero no le daré el gusto, al menos no hoy.
Ultimamente me he sentido más cansado que de costumbre, una voz en mi interior dice que mi hora ya se acerca, ¿hora de qué? ¿de encontrarme? ¿de recordar? No lo creo. Estoy seguro que los recuerdos nunca volverán ni con mi último respiro. Mientras tanto seguiré vagando por los rincones de mi mente, esperando … ¿qué es lo que debo esperar?
– Sue FC –